Presentación de la Colección Rizos de Agua. 24 Nov. 2011

Presentación de la Colección Rizos de Agua. 24 Nov. 2011
Presentación de la Colección Rizos de Agua. 24 Nov. 2011Biblioteca La Reina. Valencia

lunes, 13 de septiembre de 2010

Las nubes



Andrés le dice a María:

Miro al cielo y veo nubes divertidas, algunas parecen cabezas de animales. Hay una que parece la cabeza de un gran león y que por su boca despide como humo y sopla a las otras deshaciéndolas y formando como pequeños núcleos, los cuales parecen pompas de jabón.

Incluso con diferentes colores, las hay blancas, grises en todas sus tonalidades.

Pero lo más bello, es cuando las nubes empiezan a llorar y, poco a poco, van desapareciendo, dando paso a un gran arco iris con todos los colores del mundo.

Hay tantos colores como la caja de pinturas que me regalan mis papas para que pinte durante mis vacaciones de verano.
Y es cuando miro al cielo e intento pintar ese cielo tan bonito.


2009. Mercedes Huertas

*Os dejo unas imágenes de pareidolias encontradas en Internet

Andrés dice...




Tengo un osito de peluche muy travieso que le gusta esconderse.
Le estiro las orejas, los bracitos y le toco su nariz.
¡Es tan blandito y simpático!
Siempre está riendo y cuando me descuido ¡no lo encuentro!
Mi madre dice que se esconde por tirarle de las orejas.
Pero yo no le hago daño.
¡Lo quiero mucho!
Soy tan feliz al acariciarlo. Sin él no me podría dormir pues me encanta sentir su tacto.
Y cuando sueño él me habla, dice que me quiere mucho y no le importa que le coja las orejas y acaricie su nariz.
¡Es mi mejor amigo!

martes, 6 de abril de 2010

Las cometas


Luisito fue con sus padres a la playa, pues era Pascua y época de volar las cometas. También estaban allí otros amiguitos, entre ellos, Sofía. Por casualidad llevaban las cometas iguales, una de color rosa con una paloma en el centro y la otra de color verde con la misma paloma.

Ayudados por los padres, la echaron a volar y como hacía bastante viento, subieron muy aprisa y muy altas, tanto que de una isla cercana a la costa, había un niño pobre que vio las cometas y dijo:

-Qué bonita! Cuánto me gustaría tener una.-

Luisito y Sofía disfutaban tanto viéndolas volar que soltaron todo el hilo y al estar tan juntas y altas, se enredaron un poco y el viento se las llevó, quedándose los niños muy desilusionados. Pero como iban juntas, pensaron que podían llegar a la isla y alguien las encontraría.

En efecto, Salvador el niño pobre, las vio que venían hacia él y se emocionó, corriendo hacia su encuentro, cuando aterrizaron en la arena de la playa no se lo podía creer. Eran las cometas que tenían unas palomas.

Las palomas le dijeron:

-Hemos oído tus deseos y sin pensarlo dos veces, hemos volado muy alto para poder llegar a esta isla, pues ya habíamos hecho felices a otros niños y ahora queremos que tú también puedas disfrutar volando una. En la Pascua, ningún niño puede dejar de tener una cometa ya que cuando la subes es como tocar el cielo.-

Salvador le dijo a su padre:

-¿Me ayudarás a volarlas?-

Y las echaron a volar y subieron tan altas que sintió como tocaba el cielo. Desde el otro lado de la isla, Luisito y Sofía, las vieron en lo alto y dijeron:

_Después de la desilusión de perderlas me siento bien, pues hay otro niño que es feliz pudiendo volar las cometas. Además las palomas volando en el cielo nos saludan desde lo lejos.

miércoles, 29 de abril de 2009

LA LLUVIA DE ESTRELLAS

Luisito se fue con su papá una noche, para ver la lluvia de estrellas que había anunciado la televisión.

Iba muy emocionado pensando en si podría coger alguna, y llevaba una cajita de cristal para guardarla.

Había mucha gente para ver ese gran espectáculo de la naturaleza. De pronto, fueron apareciendo miles de puntos de luz, formando palmeras en el firmamento, de tal modo que parecía que las estrellas aterrizaban encima de la gente.

Luisito, abrió su caja de cristal y ¡ZAS!, una estrella entró. Él se sintió maravillado y cerró la caja.

-¡Qué luz tan bonita!- dijo.

Su resplandor tintineaba. Se la enseñó a su papá y le dijo:

-Mira la estrella que he cogido, ¿no te parece preciosa?-

Su padre le dijo:

-Es preciosa, pero no te pertenece, las estrellas no se pueden poseer, ya que ellas con su luz, iluminan el cielo en la noche; así que imagina que cada persona cogiera una, el espacio se quedaría a oscuras y cuando levantáramos la vista, estaría todo negro.-

Luisito miraba su cajita tan brillante, mientras pensaba en las palabras de su padre, y comprendió que tenía razón, así que abrió la tapa y la estrella salió, dejando una estela de luz y derramando polvo dorado sobre sus cabezas, inundándoles de felicidad.

¡Fue una noche mágica e inolvidable!

EL CASCARÓN MÁGICO DE TOÑO



Toño es un niño de doce años que vive con su familia cerca de la playa, y es bastante desobediente. No le gusta estudiar y le dedica mucho tiempo a los videojuegos de guerra y violencia.

Sus padres siempre le están censurando su comportamiento, ya que los estudios los lleva bastante mal, pero él por respuesta coge la puerta y se va a la calle sin hacer caso.

Paseando por la playa se pone a llover y Toño busca donde cobijarse. Lo más cercano es un barco que desde hace años está encallado, al cual tiene prohibido subir por orden de sus padres, pero entre la curiosidad y la lluvia, decide subir.

Nada más entrar al camarote nota un fuerte olor marino a sal y humedad. Allí dentro está todo oxidado.

Ve un pequeño mueble con estantes, y entre papeles y objetos rotos, encuentra tres frascos muy exóticos que parecen de perfume: uno gris, el otro blanco y el último de colores.

Sin pensarlo dos veces, abre el gris, y para su sorpresa, sale de dentro un polvo grisáceo con olor a pólvora y una nube con forma de duende muy difuminada. Toño queda muy impresionado y asustado. El duende estirándose le dice:

-Gracias por haberme sacado, pues llevo tantos años aquí dentro que estoy entumecido.-

Y Toño pregunta:

-¿Tú quién eres?-

El duende le responde:

-Soy el espíritu de las guerras y de las batallas, que tanto te gustan a ti, y ahora que estoy libre volveré a la acción.-

Toño un poco asustado, coge el frasco blanco y lo abre. De él sale un polvo blanco, como un ángel con alas muy grandes y con un intenso perfume a azahar.


En principio, Toño no cree lo que está viendo y queda paralizado en medio de aquel camarote del viejo barco. Al ver el estupor del niño, el ángel le dice:

- No temas yo soy la paz y no te voy a hacer nada malo.-

El duende replica con soberbia:

- Yo soy más poderoso que tú porque conozco las armas de la guerra.-

Y el ángel le contesta:

- Tú sólo creas destrucción, porque tus armas matan niños y destrozan familias.-

Y el duende de la guerra, dice:

- Pero contigo no juegan como conmigo. Estoy en las pistolas, los tanques y en los videojuegos.-

Entonces Toño, piensa en voz alta:

-Yo no me había dado cuenta de que la utilización de esos juegos lleva a actitudes de violencia y a hacer daño a los demás.-

El duende dice:

- Aunque no lo creas, yo estoy cansado de tanta guerra, pero es mi sino y no puedo detenerlo.-

El ángel le dice al duende:

- Sé que en el fondo quieres paz y yo te la puedo dar.-

-¿Y cómo lo harías?- pregunta el duende.

Entonces, el ángel se le acerca con sus blancas alas y lo envuelve, desapareciendo los dos en el aire, dejando un intenso perfume a azahar, que el de la pólvora ya ni se notó.

Toño, impresionado, tarda un poco en reaccionar, luego mira el frasco de colores y no se atreve a abrirlo, pero después piensa, que si el duende de la guerra ya no está, ¿qué puede temer?, así que lo abre y queda maravillado. La estancia se ilumina con todos los colores del arco iris y todas las flores del campo inundan con su perfume el camarote.

Una voz que sale de entre los colores le dice:

- Yo soy el amor, y mi luz y mis colores van desde el horizonte del mar y el cielo, hasta las llanuras y los montes. Reparto alegría y amor por allá donde paso. Para mí, todos los seres de esta tierra son iguales, sin importar su raza o color, así que espero que hoy hayas aprendido cosas buenas.-

Vino una ráfaga de viento y el polvo de colores desapareció.

Toño, se siente despertar de un sueño y se da cuenta que por la puerta del camarote de aquel barco entra mucha claridad y decide salir para ver qué es. La sorpresa fue que al salir la lluvia había parado y sobre el mar y la playa estaba el Arco Iris, con sus colores más radiantes que nunca.

Como ya es muy tarde, Toño se marcha hacia casa, sintiéndose diferente y cambiado. Deja el barco y se va corriendo.

Al llegar sus padres estaban esperándole muy preocupados. Entonces Toño los abrazó y ellos quedaron maravillados del cambio y pensaron:

¡Es un buen comienzo!

viernes, 2 de mayo de 2008

Luisito y las amapolas


LUISITO Y LAS AMAPOLAS

Luisito se fue con sus padres, tíos y primos a pasar el día al campo, a casa de sus abuelos, cuando llegaron lo encontró muy bonito, ya que la casa estaba situada al pie de una montaña, la cual tenía arriba en la cima un castillo en ruinas y bajo, en el prado estaba lleno de espigas y amapolas.

Al verlo todo tan rojo y verde le hizo ilusión correr por aquel prado, preguntándole a su padre:

-¿Puedo ir a jugar por el campo?-

Su padre le dijo que sí, pero que no se fuera lejos, pues se podía perder.

Corrió un ratito por aquél entorno tan bonito, y cuando se cansó se acostó en medio de las amapolas. De pronto, vio como arriba en el castillo, había un águila que estaba enseñando a volar a su polluelo, ¡Estaba emocionado!

De repente oyó a su lado un pequeño ruido, cuando volvió la mirada, vio unos pequeños duendes que lo miraban extrañados. Luisito les preguntó:

-¿Quiénes sois?-

Ellos le contestaron:

-Somos los guardianes de estos valles, y por lo que observamos te sientes feliz entre nuestras amapolas.-

El niño les dijo:

-Sí que me gustan. Yo vivo al lado del mar y todo esto es muy diferente. Allí la arena es suave, el mar es azul y las gaviotas son rosadas. Aquí el paisaje es verde y rojo, y hasta el águila que vuela allá en lo alto es de color marrón. ¡Es todo tan diferente y hermoso como el mar!-

Los duendes le dijeron:

-Te damos permiso para que lo disfrutes, pero no arranques ninguna amapola, pues estropearías el paisaje.-

El niño les contestó:

-No os preocupéis, yo nunca haría nada que os perjudicara.-

Los duendes le preguntaron:

-Tú que conoces el mar, explícanos cómo es, pues nosotros no lo hemos visto nunca.-

Entonces, Luisito empezó a explicar:

-El mar es cómo un valle inmenso, pero azul como el cielo. Cuando lo miras no sabes donde acaba el mar y empieza el cielo, sólo lo distingues por la línea recta y difuminada del horizonte. Cuando te bañas en la playa eres tan feliz que sientes cómo el agua te hace chispas en la piel cada vez que viene una ola. Otras veces, si lo miras fijamente, ves saltar los peces y en el horizonte los barcos pasan hacia el puerto.-

-¡Qué suerte tienes de poder verlo! Nosotros como somos tan pequeños nunca tendremos ocasión de visitarlo, pero al ir explicándolo en tus ojos lo hemos visto reflejado.- le dijeron los duendes. –Hoy nos has hecho muy felices, pues hemos conocido el mar.-

Se dieron la mano y se despidieron.

De repente, Luisito notó que lo movían. Eran sus padres que le decían:

-¡Qué susto nos has dado! Llevamos dos horas buscándote y no te veíamos, pues estabas durmiendo tapado por las amapolas.-

Luisito se dio cuenta que todo había sido un sueño, y sintió un poco de pena. Le hubiese gustado que fuera real, ya que se había sentido muy feliz con sus nuevos amigos.

Aunque, ¿Quién sabe si no había sido real?


viernes, 28 de diciembre de 2007

LA GAVIOTA HERIDA


Luisito se encontraba con sus amiguitos jugando en el jardín de su casa. Estaban observando cómo pasaban las gaviotas hacia el mar por la tarde. Y comentaban que era raro que vinieran en bandadas casi de noche en dirección al mar, siendo que su modo de vivir era la playa y el puerto.

De repente una gaviota cayó y todos se fueron a ver qué le pasaba, y le preguntaron:

-¿Qué te ocurre gaviota?-

Y ella les contestó:

-Tengo herida un ala, pues con un cristal me he hecho un corte y estoy sangrando.-

Luisito y los amigos, la cogieron con mucho cuidado y la llevaron al garaje, buscaron un botiquín de urgencias y procedieron a curarla, limpiándole la herida y poniéndole una venda. Uno de los amigos dijo:

-He traído una caja de cartón para que repose, y uno tras otro, fueron trayendo un poco de paja para que sirviera de colchón, otro un poco de pescado para que comiera, y así entre todos la cuidarían hasta que se curara.

Luisito le preguntó:

-¿Por qué no estáis en el mar o en el puerto?, ¿de dónde venís por las tardes?-

La gaviota le contestó:

-Han contaminado tanto el mar que casi no hay pescado, y por las mañanas nos vamos hacia las afueras de la ciudad, a los basureros y comemos lo que encontramos, y por la tarde volvemos a la playa a reposar a la orilla del mar, que es nuestra casa.-

Luisito y sus amigos estuvieron varios días pendientes de la gaviota, y cuando estuvo curada le dijeron:

-Cuando quieras puedes irte, y cuando pases por aquí, siempre tendrás comida que te traeremos entre todos.-

La gaviota les dio las gracias, besándoles con el pico a todos y emprendió el vuelo hacia la playa. Todos quedaron contentos de que se hubiera curado, pero al mismo tiempo sentían pena por ver que la contaminación acabaría con todo, si los mayores no podían solución.

Unos días más tarde apareció una noticia en los periódicos: En el basurero de las afueras de la ciudad, había muerto más de dos mil aves, a causa de haber vertido productos tóxicos en ese vertedero. La gaviota nunca más volvió a ver a los niños.

miércoles, 19 de diciembre de 2007

ANDRES QUIERE...


Ya voy a empezar a ir al colegio, y tengo mucha ilusión, pues quiero aprender a leer bien y poder leer los cuentos que me regalaron por Navidad mis papás y poder contárselos a mi hermanita, como me los leen a mi.

Yo por ahora miro los dibujos y entiendo algunas palabras, pero quiero saber leerlos.

A mi hermanita se los explico como si estuviera haciendo teatro, pues me gusta actuar como lo hacen las artistas de la tele, y me disfrazo para hacer el papel de un osito o de un príncipe, cojo las ropas y gorros de mis papas y me los pongo para actuar.

Lo pasamos muy bien, ¡pero tengo tantas ganas de ir al cole, y aprender bien a leer!

MI PERRO FRIKY



Me llamo Andrés y mi perrito se llama Friky, me acompaña donde voy pues nos gusta jugar con la pelotita, también nos gusta correr por la playa y meternos en el agua y chapotear en ella.

El otro día fuimos a la montaña, y de pronto empezó a ladrar, estabamos cerca del río y él se habia adelantado pues habia olfateado algo raro.

Cuando llegó mi papá vió que estaba ladrando para decirnos que había encontrado una tortuga muy grande, pues se había perdido y estaba hambrienta.

Mis papás la cogieron con cuidado, la taparon con una toalla y la llevaron al veterinario, el cual nos dijo que estaba mucho tiempo sin comer, y que él la cuidaria y después la entregaría al Zoo.

Nos alegramos mucho de que se pusiera bien y todo gracias a mi perro Friky.

Ahora todos los domingos vamos al Zoo a visitarla, y Friky mueve el rabito cuando la ve, esta muy contento.

Es un gran amigo y lo quiero mucho.

viernes, 2 de noviembre de 2007

SOFÍA Y EL DELFÍN. Cuento Finalista en AMEI-WAECE


Este cuento quedó finalista en el Concurso Internacional Ciudad de Albacete 2007, organizado por AMEI_WAECE.

http://www.waece.org/cuentoscortos/CUENTOSCORTOS/index.htm

Sofía era una niña muy activa, y un día que salieron de excursión a una cala en la playa, sus padres le dijeron que no se fuera lejos, ya que podía subir la marea y era peligroso.

Se pusieron cerca de una fisura del acantilado y así disponían de una buena sombra. El padre de Sofía dijo que iba a echar la red con el fin de pescar algo, y Sofía le dijo:

- yo también quiero pescar-

Echaron la red una y otra vez, pero no había manera de pescar nada, al cabo de una hora el padre dijo,

- Creo que esta vez he cogido algo, porque la red pesa mucho;

En efecto tenían enganchado un pequeño delfín que estaba llorando. Sofía le preguntó:

- ¿por qué lloras?

El delfín con movimientos de la cabeza, dijo que tenía algo en la boca que no le dejaba abrirla, y en efecto, se dieron cuenta que llevaba una anilla como una pulsera por el tamaño, de plástico, enganchada en el morrito.

El padre de Sofía con mucho cuidado se la quitó para no lastimarlo y al fin quedó liberado.

El delfín se acercó a la niña y al padre y con el morrito les dio un beso dando las gracias y desapareciendo, para ir con sus padres.

Sofía se quedó tan contenta, que le dijo a su padre si le daba la pulsera, pues se la pondría y la llevaría siempre, ya que quería que le diera suerte, y así no habría otro delfín al que le pudiera pasar lo mismo.

Cuando se fueron a casa, Sofía iba muy contenta con su pulsera. Por la noche al ir a acostarse su madre le dijo:

- ¡mira la pulsera está cambiando de color!-

En efecto de ser blanca se transformaba en un color fluorescente azul-grisáceo, es decir, del color del delfín. Entonces, su madre le dijo:

- creo que el espíritu del delfín estará siempre contigo y te protegerá, por tu buena acción.-

Aquella noche Sofía se fue a dormir sintiéndose muy feliz.

miércoles, 25 de abril de 2007

Cuento "Toño y la Sirena"








Hola, a continuación os dejo el cuento de Toño y la Sirena, con dibujos que han realizado en la Asociación Mundial de Educadores Infantiles, AMEI-WAECE, www.waece.org.

A Toño le han regalado una red para que pueda pescar, a la orilla de la playa.














Muy ilusionado se fue el domingo a probarla y empezó a echarla, pero por el momento sólo sacaba del mar, algas y algún pequeño pescado, el cual devolvía al mar para que pudiera crecer.

Después de varias horas, cogió algo que brillaba en la red, y con cuidado lo sacó para ver que era.

Con gran sorpresa vio una orquídea de sal cristalizada, y contentó pensó que se la regalaría a su madre, y le daría una gran alegría.
Pensando en lo que había encontrado, se sentó en una piedra, que salía del mar a descansar. De pronto oyó una voz a sus espaldas, se volvió y vió la sonrisa de una hermosa niña sirena que le dijo:
-Veo que has encontrado mi flor de cristal. La había perdido y estaba disgustada, ya que todas las sirenas tenemos una, que nos regaló nuestro Rey Neptuno.-


Entonces Toño se dio cuenta que era una sirena niña, y le dijo:

- Yo quería regalársela a mi madre.-

La sirena le contestó:

- Yo puedo traerte del fondo del mar un buen regalo para tu madre, si me das mi orquídea.-

Toño sin pensarlo dos veces, se la dio, y la sirena con una gran sonrisa la cogió y se fue hacia el fondo del mar. El niño pensó, igual ya no vuelve, pero claro, si la flor es de ella, él no podía quitársela. Terminaba de pensar en esto, cuando salió la sirena con una gran concha, ¡era una ostra! La sirena le dijo:
- Cuando tu madre la abra, verás como le gusta, pues tiene una bonita perla.-
Se dieron las gracias mutuamente. La sirena se hundió en el mar y Toño, se fue muy feliz, pensando cuando le contara a su madre la aventura, y la sorpresa tan bonita que le iba a dar. ¡Estaba feliz!

martes, 24 de abril de 2007


Bienvenidas/os al Cuaderno de Bitácora Rizos de Agua

Bienvenidos a este cuaderno azul, en donde iré colgando cuentos para ser leídos a los pequeños y les ayuden a soñar en sus horas de descanso, sobre ficciones que tienen como punto de encuentro el mar.

Estreno este blog, con un par de cuentos que han obtenido el primer premio y el finalista, en el Concurso Internacional de Cuentos Infantiles Ciudad de Albacete, 2007. Los organizadores fueron: AMEI-WAECE, Asociación Mundial de Educadores Infantiles. En la web de la organización de pueden consultar otros datos del concurso: www.waece.org

El primer premio ha sido: Toño y la Sirena
Y finalista: Sofía y el Delfín

La lectura del cuento se celebró el día 21/04/2007 en el Palacio de Congresos de Albacete, coincidiendo con el Congreso Early Chilhood Education for peace.